La Ciudad de los Perdidos.

Me maquillo con ceniza.
Los buitres descienden por
Los restos de mis compañeros.
He muerto después de ellos,
Mi generación erró y se terminó.
Gotean por el suelo mis ojos,
Ahora llueve bajo esas láminas
Giran las garras de los pájaros
sobre sus estómagos destrozando
la figura de su pozo.

¿Dónde están los cerillos?
¿Dónde esta la caja de significados?
¿Qué hago con este ruido
que nos atormenta hasta el tímpano?
¿Qué hago ahora que perdí la razón,
que olvide el discurso
que prometía la victoria helada?
Dime ¿Dónde esta la libreta de taquigrafía
En donde viene la carta del Señor?

No respondes
Eco de la pared.

Vamos a desbalancearnos
A olvidar el equilibrio y
Correr con la maleta repleta
De ladrillos que gruñen
Por las coladeras de este aire,
Hasta llegar a la punta
Del último cerillo encendido
Y armar con llanto, de nuevo,
La Ciudad de los Perdidos.