sábado, agosto 27, 2005

H 2 O

Una sekia en la boka
acaba en ansiedad sobre
las manos
y eyacula tristeza
por la llemas.
Un trago de tepache refresca la boca del sobrio caminante. El cerebro colerico busca con todo el gusto de las neuronas la cevada, con el cerebelo el placer ke brindan los procesos kimicos ke la amargan y enfrian. Los minutos pasan rozando los pies como hormigas, nada cambia, pero, la sekia escapa por la garganta, corre por una arteria hacia el musculo ke late
(en el pecho
no
existen nubes).
Solos los tragos de agua matan

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